¿Cirugía plástica: último recurso o solución adecuada?

por | 25 de octubre de 2010

Camino vano hacia una alusiva destinación imaginaria, o viaje científico de descubrimientos, la cirugía plástica se practica cada vez más en España, el país líder en cirugía estética en Europa. Andalucía encabeza la lista de regiones autónomas dónde más se practica, en parte porque las cifras se hinchan por el número creciente de turistas que vienen al sur a someterse a la cirugia plastica Sevilla. Operarse para mejorar la apariencia física no es un fenómeno nuevo; fue practicada como método de reconstruir la nariz de gente deformada en India en épocas tan tempranas como en el año 2000 a.C, pero en los últimos cincuenta años ha surgido una nueva forma de cirugía plástica, la cosmética, que empezó a ganar popularidad entre la gente famosa y rica en los años ochenta. Pero hoy en día las operaciones estéticas no se restringen a los élites sociales, sino que se propagan cada vez más por la ‘gente normal’, un cambio preocupante para sus detractores, y un gran paso adelante para sus defensores.

Cabe diferenciar entre la cirugía plástica y la cirugía estética. La plástica atiende a malformaciones genéticos, quemados y personas que han sufrido accidentes graves, e intenta nada más restaurar y reconstruir. La cosmética intenta embellecer de manera artificial alguna parte del cuerpo, y es una intervención medical voluntaria. Claro que la cirugía a que se someten los que han sufrido un accidente grave no es polémico, lo que divide la opinión pública es la idea de someterse a una intervención quirúrgica por vanidad.

Pero los desarrollos recientes en los procedimientos cosméticos van apaciguando las dudas de sus antiguos detractores. Lo que antes eran operaciones riesgosas e invasivas ahora son cada vez más seguras, y aportan menos secuelas. Ahora los médicos aplican tratamientos menos invasivos que dejan cicatrices casi invisibles, y el consumidor mediano está mucho más bien informado que hace cinco años gracias a la plétora de información y anécdotas personales que se encuentra por internet. Cabe subrayar también que la demanda ha aumentado no solo por la preocupación moderna por la estética, sino también porque la cirugía cosmética es cada ves más asequible. Las compañías financieras se muestran cada vez más dispuestas a ofrecer opciones de financiamiento, y los precios han bajado mucho en los últimos cinco años. Otro factor pertinente es el turismo médico, que abarata más el costo para los consumidores de países ricos, y que se ha convertido en un negocio muy rentable no solo en algunos países latinoamericanos, sino en Andalucía también, donde la  popularidad de la cirugia plastica Sevilla crece desfrenadamente.

Sin embargo, la cirugía cosmética no se debe tomar a la ligera. Como cualquier operación medical trae riesgos físicos, pero a diferencia de la cirugía convencional, sus efectos secundarios suelen ser psíquicos también. Lo imprescindible es pensar bien en porque quiere someterse al tratamiento. Si uno piensa que la cirugía solo le va a cambiar completamente la vida y la autoestima está equivocado; la cirugía cambia el cuerpo, un cambio de mentalidad viene de usted y usted solo. Uno de los peligros más grandes de la intervención quirúrgica es que el paciente se haga ilusiones imposibles a satisfacer, y que desarrolla una adicción a la cirugía. Antes de seguir el tratamiento es fundamental analizar sus pros y contras. Asegúrese que tiene un quirófano de buena reputación que le explicará todos los riesgos potenciales. En la gran mayoría de los casos las operaciones se efectúan sin complicaciones, pero antes de arriesgar la salud hay que pensar bien en sus razones para cambiar el cuerpo y los riesgos que corre. Ahora la cirugía estética es asequible para todos, asegúrese de que vale lo que cuesta para usted.