¿Vale la pena visitar la iglesia de Santa María del Mar en Barcelona?

por | 23 de marzo de 2011

Aunque se suele decir que Santa María del Mar, basílica  gótica y una de las más bonitas de Barcelona,  está ubicada en el barrio gótico, la verdad es que muchos consideran que es más exacto decir que se encuentra en el barrio de la Ribera. Esta bella construcción fue construida entre 1329 y 1383 por Berenguer de Montagut y Ramón Despuig. La iglesia está dedicada a la patrona de los marineros de Barcelona, Santa María del Mar, y seguramente es tan espectacular también debido a la importancia portuaria de Barcelona, que desde siempre se ha caracterizado por una arraigada tradición marítima y su puerto es uno de los más importantes del Mediterráneo. Se trata de uno de los edificios más visitados de la ciudad. Puedes alojarte en uno apartamento en Barcelona por este barrio o, si lo prefieres, en un apartamento en Sitges, encantador pueblo a 20 minutos.

Bella imagen de Santa María del Mar por dentro

La iglesia del pueblo

Uno de los hechos más significativos en torno a este templo es que se ha concluida que la obra debía pertenecer, de forma exclusiva, a los feligreses de la zona del puerto y de la Barceloneta, únicos responsables del templo, ya que fueron ellos quienes la sufragaron con su dinero o con su trabajo. Este hecho está en clara contraposición a la catedral que por aquellas mismas fechas también se estaba construyendo y que estaba asociada a la monarquía, a la nobleza y al alto clero. Parece ser que en la construcción participó activamente toda la población de la Ribera, en especial los descargadores del muelle, llamados galafates de la Ribera o bastaixos, los cuales llevaban las enormes piedras destinadas a la construcción de la iglesia desde la cantera real de Montjuïc y desde las playas, donde estaban los barcos que las habían traído a Barcelona, hasta la mismísima plaza del Borne, cargándolas en sus espaldas, una a una. De esta manera, la puerta principal de la iglesia homenajea a los bastaixos que ayudaron a su construcción.

Fachada principal Santa María del Mar
Algunas fechas…

Los muros, las capillas laterales y la fachada se acabaron sobre el año 1350, pero en 1379, cuando estaba a punto de acabarse el cuarto tramo de bóvedas, se incendiaron los andamios y las piedras sufrieron daños graves. Finalmente, el 3 de noviembre de 1383 se colocó la última parte de la bóveda y el 15 de agosto del año siguiente se celebró la primera misa. Desgraciadamente, en el año 1428 hubo un terremoto que causó el derrumbamiento del rosetón y también algunas muertes. Por otro lado,  la mayoría de las imágenes y el altar barroco añadidos durante los siguientes siglos resultaron quemados durante el triste incendio del templo el 3 y 4 de agosto de 1936. Este incendio fue provocado por los anarquistas y comunistas que asaltaron la iglesia.

Interior de Santa María del Mar

Un apunte sobre el estilo

La basílica, aunque preciosa, llama la atención por su austeridad: paredes lisas; columnas octogonales limpias porque los nervios terminan a nivel de los capiteles en lugar de llegar a tierra; arcos de las naves laterales y los de la central que arrancan de la misma alzada que dan una mayor impresión de igualdad de las naves…

También me parece interesante mencionar que la nave central se ilumina mediante óculos abiertos entre las galerías de la nave central y los laterales. Estos óculos se convierten en ventanales entre las columnas del presbiterio, los cuales ocupan casi todo el espacio disponible y contribuyen a reforzar el efecto de las columnas con un semicírculo de luz.

Homenaje a los bastaixos con este relieve de Santa María del Mar
Algunas curiosidades…
Seguramente, el hecho de que se haya convertido en uno de los monumentos barceloneses más visitados de la ciudad se debe, en parte, a la novela de Ildefonso Falcones, La catedral del mar, de la que ya se han vendido más de un millón de ejemplares y, además, ha sido traducido a numerosas lenguas. Carlos Ruiz Zafón también hace aparecer esta iglesia como fondo de algunas de sus acciones en la novela El juego del ángel.