Tomando la decisión de visitar una clínica de fertilidad

por | 10 de agosto de 2010

Muchas parejas comienzan su vida en común con gran felicidad. Se sienten hechos el uno para el otro, y no hay nubarrones que amenacen un futuro que se ve brillante. Eventualmente, surge el deseo de ser padres, la consecuencia casi natural llegado cierto momento de la vida. La carrera profesional a pleno rendimiento, los estudios finalizados, cierta seguridad económica, todas las condiciones están dadas para la llegada del retoño. Sin embargo, el embarazo tarda en llegar y, muy pronto, ese cielo despejado comienza a nublarse, como consecuencia del malestar e impotencia que genera la situación. Es aquí cuando se decide comenzar a investigar cómo las clinicas de fertilidad podrían ser de ayuda.

Llegar a tomar la decisión de consultar con alguien no es tarea fácil para la pareja. A menudo, estas situaciones son una verdadera prueba de fuego para la relación, porque el deseo de ser padres puede llegar a convertirse en algo muy poderoso, y hasta llegar a dominar todos los actos de nuestras vidas. Atravesar esta etapa de “obsesión” con el tema de la maternidad no es sencillo, y requiere tener las prioridades muy claras. Culparse a si mismo, o a la pareja tampoco es de gran ayuda. Saber reconocer que se tiene un problema es el primer paso para buscar una salida saludable a la problemática.

Muchos mitos se generan a partir de los problemas fertilidad. En la mujer, es común experimentar síntomas de baja autoestima y sensación de inadecuación o sentir que no es “toda una mujer”, por no poder cumplir con su deseo de ser madre. Esto suele desencadenar casi inmediatamente en problemas para relacionarse con su pareja, baja libido, desinterés y falta de comunicación. En el hombre, por otra parte, la no concreción del embarazo se vincula con dudas sobre su masculinidad, y se lo asocia inconscientemente con la impotencia, aunque a decir verdad, nada tenga que ver con la imposibilidad de que el óvulo resulte fecundado por el espermatozoide. Las rencillas se vuelven moneda corriente, y, en casos extremos la disolución del matrimonio parece ser el camino inevitable.

En consecuencia, es necesario tomar la situación con calma y recurrir en cuanto se aprecie la existencia de dificultades en la concepción a especialistas que orienten a la pareja sobre las opciones disponibles para lograr el embarazo. Comenzar a buscar clinicas fertilidad donde acudir primeramente generará alivio en ambos, dado que teniendo la información concisa acerca de las causas de los problemas para lograr el embarazo, es posible hacerse una idea concreta de cuáles son los pasos a seguir, y poder formarse así expectativas realistas.