Origen, historia y heraldica de los nombres y apellidos

por | 5 de marzo de 2011

Alfredo, Rogelio, Saúl, Camila, Fernanda…en fin, existen cientos de nombres y apellidos hispanos, algunos son agradables y denotan cierta clase de estirpe mientras que otros solo deseamos cambiarlos sin pensarlo dos veces. En mi caso particular hasta hace algún tiempo me disgusto mi nombre, Aarón Gallo, no muy agradable al oído para ser honestos, hasta que luego de muchos años me entró la intriga de saber los orígenes de mi nombre, obviamente mis padres lo escogieron por sus propias razones y a mí no me preguntaron, en cada ocasión que los cuestionaba respecto a su decisión me contestaban algo como “ese nombre es muy bonito” o “respete que es el de su tatarabuelo”.
En alguna ocasión sentí el interés de saber si el apelativo por el que era conocido tenía historia o algo por el estilo, y para mi sorpresa navegando en la red encontré una web que podía satisfacer y aclarar mis inquietudes.
Resulta que la etimología es una rama de la gramática, la cual se encarga de estudiar la procedencia de las palabras, y fue entonces cuando entendí que mi nombre no había sido creado solo para fastidiarme.
El origen y la historia de los nombres resulta importante en la medida que logramos entender nuestras actitudes con respecto a la vida. El nombre puede ofrecernos una idea clara respecto a la naturaleza de nuestra personalidad, así como nuestras características a nivel emotivo y expresivo. Cabe recordar que a pesar de que nos cambiemos el nombre, así sea en la memoria, el otorgado por nuestros padres nos acompañará por el resto de nuestras vidas.
Así mismo, los apellidos forman parte de nuestra vida, no solo nuestra historia y nuestro pasado, sino también por conservar el linaje de nuestra casa, de nuestra familia, pues aunque la sangre persista, no con ella nos conocerán.
Los apellidos fueron creados en la Edad Media para lograr reconocer a las distintas familias de la época, y así preservar los linajes. En la cultura hispana consta de dos apellidos, uno el paterno y el otro materno, para así conservar la progenie de cada familia.
Luego de leer e indagar un poco respecto al origen e historia de mi nombre y apellidos, estuve más conforme con el apelativo que me fue otorgado, y más aun cuando descubrí que la mayoría de los apellidos posee un escudo de armas.
La heráldica es el arte de estudiar las composiciones y significados de los blasones o escudos de armas, lo cual nos da una idea general de los aspectos de cada linaje en el pasado.
Esto complementado con la numerología de los nombres nos puede brindar datos claves respecto a nuestro comportamiento, y puede ser una práctica guía para aprovechar al máximo nuestras cualidades e incluso defectos.

Después de todo esto, ya me siento más a gusto con mi nombre, aunque ahora deseo saber mi nombre en japonés.