Sin importar qué tan cerca estés de la disolución de tu matrimonio, debes querer terminar con el dolor de lo que pudo ser una unión feliz y no lo fue. Aunque, también debes tener en cuenta que para los niños el divorcio no es una situación fácil de afrontar y que, como padre, debes velar por su seguridad y su bienestar. El proceso de mediación permite que los niños reciban el cuidado y la atención necesaria.
¿Qué es la mediación?
Mientras te encuentras en el proceso de divorcio es esencial que mantengas la atención sobre tus hijos. En esto te puede ser de gran ayuda el uso de la mediación, una técnica que proporciona asistencia a los padres para desarrollar un plan cotidiano sobre los días ya actividades que realizarán los niños con cada uno de sus progenitores.
Un mediador tiene el objetivo de asegurarse de que el proceso esté centrado únicamente en los niños. Es un profesional capacitado para mantenerse imparcial y así garantizar que las necesidades de los hijos estén por encima de los intereses particulares de los padres.
Los mediadores están sujetos a una capacitación continua, que consiste en la participación en cursos, talleres, mesas de trabajo, conferencias y congresos relacionados con su materia.
¿Dónde consigo un mediador?
El servicio de mediación se proporciona en el Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (CJA), es gratuito y ofrece mediadores expertos en técnicas de la comunicación y la negociación. Estas personas proporcionan asistencia en la resolución de conflictos familiares, civiles, comerciales o penales.
Mediación exitosa, divorcio exitoso
Si quieres que el proceso de mediación sea un éxito, se requiere un componente clave: mantener el enfoque sobre los hijos. Esto es de vital importancia. Deja del lado las cuestiones que no hayas resuelto con tu pareja porque este no es el mejor momento para hacerlo. Evita futuros problemas sobre el cuidado de tus niños.
Haz una lista de necesidades de tus hijos, esto te ayudará a programar su día a día, incluyendo vacaciones escolares y cuidados por enfermedad requeridos de los padres. Incluye cuestiones simples como la hora de dormir, el uso de teléfonos celulares, los deberes y la necesidad de salir con amigos. Revisa el plan de crianza con el otro padre así como las situaciones imprevistas y el crecimiento y desarrollo de tus hijos.
Flexibilidad ante los problemas
Recuerda que la mediación es para tomar las mejores decisiones acerca de qué es lo mejor para tu hijo, no para ganar pequeñas batallas con el otro padre. Evita la trampa de culpar a otras personas por lo que salió mal durante el matrimonio.
El divorcio requiere de un cambio en el estilo de crianza, todo con el fin de que todos los miembros de la familia se adapten a la nueva situación. Date el beneficio de lograr un buen proceso de mediación y de procurar el bienestar de tus niños.
Pregunta a tus hijos qué es lo que quieren, escucha sus opiniones y, con base en ellas, céntrate en sus necesidades. Ojo: esto no quiere decir que a los niños se les tenga que dar todo lo que quieran, simplemente deja que su edad te guíe para decidir lo mejor.
La mediación puede ser una experiencia beneficiosa para todos los implicados, así que tómate tu tiempo y busca un buen mediador.