Las bolas chinas

por | 12 de enero de 2015

Las bolas chinas surgieron en el Japón feudal como método para mantener a las concubinas del emperador lubricadas y listas para cualquier encuentro sexual que se le antojase. Por aquel entonces recibían el nombre de ‘ben wa’ y su diseño era un poco más rudimentario. Se dice que también las usaban las geishas, de ahí que también se les llame ‘bolas de geisha’.

Hoy en día, gracias al descubrimiento de nuevos materiales y avances médicos, contamos con una gran variedad de bolas chinas en el mercado fabricadas con componentes muy seguros para la piel y fáciles de mantener como por ejemplo la silicona o el plástico ABS.

Las bolas chinas no son más que unas bolas que en su interior contienen una pequeña esfera un poco más pesada que oscila y rebota con el movimiento. Suelen presentarse de dos en dos unidas por un cordón o tira que cuelga para facilitar su extracción. Existen diversos modelos de estas bolas; además de las que van unidas, las tenemos separadas, más pequeñas, más grandes, más o menos pesadas, de metal, de cristal…

Al principio, para colocártelas, debes usar lubricante que te ayude a deslizarlas dentro de la vagina suavemente. Una vez dentro de ti, podrás realizar actividades cotidianas como caminar, cocinar, leer, etc. mientras ejercitas tus músculos. No hagas deporte mientras las lleves puestas ni actividades físicas que requieran un esfuerzo extra porque es perjudicial y te lastimarás.

Son sencillas de mantener, simplemente lávalas bien con agua tibia y jabón antibacterias antes y después de su utilización. Déjalas secar al aire y guárdalas en su caja o bolsita.

Su uso no solo se limita a favorecer la lubricación femenina, sino que proporcionan muchos beneficios para la salud sexual de quien las utiliza como método terapéutico: ayudan a fortalecer los músculos del suelo pélvico. Las bolas chinas, una vez dentro de la vagina, facilitan la ejecución de los ejercicios de Kegel (llamados así por su desarrollador Arnold Kegel). Estos ejercicios consisten en contraer y relajar el músculo pubocoxígeo, previniendo así la incontinencia urinaria, los problemas en el parto y mejorando nuestra vida sexual proporcionándonos mejores orgasmos. Al estar en suspensión, las bolas chinas hacen que la vagina se contraiga para sujetarlas, facilitando así el ejercicio. Son muy recomendables sobre todo para las mujeres que tengan problemas de pérdidas o que hayan dado a luz y perdido firmeza en sus músculos.

El tiempo ideal que se deben utilizar oscila entre 20 y 30 minutos tres o cuatro días a la semana, dependiendo del grado en el que se encuentre tu musculatura pélvica.