Aprender a ser persuasivos: una necesidad

por | 1 de octubre de 2010

La persuasión es una habilidad y técnica social, que se revela como imprescindible en el día a día de cualquier equipo directivo que frecuentemente se sirva de las relaciones interpersonales para, especialmente, el desarrollo de su profesión.

A menudo nos vemos incapaces de hacer que otras personas entiendan nuestro punto de vista sobre un asunto determinado y que, por tanto, terminen mostrando una actitud receptiva y de cooperación con nosotros.

En este sentido, resultar convincente ante el interlocutor, armando mensajes y opiniones coherentes, sustentados en argumentos sólidos, y demostrar que los argumentos del contrario también interesan es fundamental para hacer valer una posición mediante el arte de la persuasión.

No se trata pues de hacer valer un argumento mediante la discusión o de recurrir a actitudes maquiavélicas, sino de convencer y motivar a otras personas o al directivo que se tiene delante para que acepte voluntariamente nuestro parecer.

Para convencer a otros es imprescindible, primero, ser creíble y, segundo, estar capacitado moralmente para ello y éticamente legitimado para hacerlo.

Por ello, si se quiere ser persuasivo, hay que tener en cuenta que las estrategias argumentativas son más sólidas en el tiempo que las identificativas, por estar más cargadas de razones.

Además, cuanto más cualificado y racional sea el directivo en la contabilidad recursos humanos, más eficaz debería ser su comunicación en términos persuasivos. Para ello resulta útil servirse de la demostración, experiencias personales propias o ajenas y, sobre todo, recrear un clima de confianza en el que la distancia con el interlocutor se acorte todo lo posible.