Tradicionalmente los ángeles fueron considerados como los mensajeros de la energía creativa del Universo. Una conexión entre el ser humano y la divinidad. Es por ello que la tirada de tarot angélico sea considerada una verdadera celebración del más hondo contenido espiritual. Como mensajeros de la gracia divina, la misión de los ángeles es hacer llegar, a través de la lectura de cartas, consuelo, guía y consejo a quienes más lo necesiten. Es por ello que está indicado que, antes de comenzar la tirada, se determine cuál es el ángel guía propio del consultante, de acuerdo a su fecha de nacimiento. Este conocimiento previo permitirá obtener mensajes mucho más ajustados a la personalidad de quien consulta, así como también a su situación actual.
Todas las tiradas de cartas requieren de una preparación espiritual previa, pero por las características del tarot angélico, para una lectura de este tipo se debe prestar especial atención a este paso. Nada mejor para ello que prender velas blancas y quemar incienso, dos acciones que purifican el ambiente y colaboran a crear un clima de buena energía. Esto permite que las experiencias espirituales sean vividas con mayor intensidad y profundidad.
Meditar u orar, según sea la preferencia de quien consulta, pone al cuerpo, la mente y el espíritu en el estado de predisposición perfecto para la cabal comprensión de los mensajes que las cartas de tarot le transmitirán. No hay que olvidar que los ángeles son seres de paz y armonía, y se mueven en planos y esferas de luz y de paz. De allí que resulte imprescindible, para comunicarse con ellos, reproducir una atmósfera de las mencionadas características, que no conspire con malas influencias contra el profundo contacto espiritual que se desea fervientemente establecer.
No hay que olvidar que este tipo de lectura de cartas requiere de una intensa concentración de parte del consultante durante todo el tiempo que dure la experiencia. No sólo para recibir el mensaje de los ángeles: también para tener la claridad de comprender su significado. Quien tenga dificultades para mantener la concentración durante períodos prolongados debe pensar en realizar ejercicios a este respecto para poder así capitalizar plenamente esta experiencia de profunda elevación de cuerpo mente y espíritu. Una experiencia que deja una inédita sensación de plenitud en el corazón de quienes se atreven a encararla con seriedad, compromiso e intensidad.