Una de las actividades de la tauromaquia más particulares, al grado que ya hace parte del patrimonio histórico de la humanidad son las corridas de San Fermín, comúnmente conocida como la Feria de San Fermín.
El toreo es una de las tradiciones que despiertan más pasiones en el territorio español, y de ahí este sentimiento “taurófilo” se trasladó a otras partes de Hispanoamérica gracias a la herencia de varias costumbres de la península Ibérica que quedaron sembradas a partir de la Conquista.