La forma en que los usuarios interactúan con la web ha modificado el diseño de los sitios web con el fin de hacerlos mucho más navegables e interactivos. Si cambia la manera en que se concibe un sitio web, de acuerdo a su usabilidad, diseño y hasta finalidad, es lógico que la manera de hacer la promoción web de los sitios se transforme. El SEO ha tratado tradicionalmente de maximizar la exposición de la página, dándole poca importancia al target final, o sea, cuantos más visitantes llegaran a la web, mejor. Sin embargo, la experiencia ha mostrado, que no siempre el éxito de un sitio radica en la cantidad de visitas que alcance, sino en otras medidas, que en definitiva desembocan en el grado de aceptación de nuestra proposición: adquirir un producto o lo que queramos alcanzar de nuestros visitantes.
Las nuevas reglas de la internet (mayor énfasis en la semántica y el significado general de un sitio, el comportamiento más social de los usuarios) impone un cambio en la estrategia para alcanzar el público ideal para cada web. Y no solo eso, sino que el propósito con el que nos comunicamos a los clientes o potenciales clientes, también han variado. No es que la idea no sea ejectutar una venta, si el objetivo del sitio es vender un producto o servicio, por ejemplo, sino que además deberemos lograr ser aprovados, crear una imagen positiva en este cliente, y conseguir no solo que vuelva, sino que nos aconseje a su red de pertenencia. Quien consigue ver lo poderosas que son las redes en estos momentos, estará bien orientado hacia la promoción efectiva de su página.
Basta una palabra beneficiosa –o una crítica, si fuera la situación- de un “amigo”, “contacto”, “seguidor” o “buddie”, para que un comprador se incline beneficiosamente por nuestra propuesta. En conclusión, gritar a los cuatro vientos con un altavoz ya no aparenta ser la estrategia indicada. En cambio, persuadir, convencer y conversar con los clientes es el camino a seguir para obtener mayores ventas y conversiones.
Esto no quiere decir que deba dejarse de lado las prácticas clásicas de SEO, como la construcción de redes de enlaces, las campañas de publicidad en internet, o la optimización de sitios. Sin embargo, ahora es necesario complementar estas acciones “tradicionales”, fotaleciendo su efectividad con una activa campaña de SMM –Social Media Marketing. Es un hecho que las empresas que aprendan a “conversar” con sus clientes en lugar de intentar alcanzar masividad en sus comunicaciones promocionales, tendrá el éxito asegurado en estas engañosas aguas que pueden ser la promoción de sitios web.
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