El conjunto de los oros en el Tarot nos dice de las pertenencias materiales y de que es necesario tomar decisiones basadas en el criterio. El tres de oros nos dice que el trabajo duro y el servicio son premios en sí mismos. Todo el mundo quiere un trabajo que pueda disfrutar y que a su vez tenga algún beneficio para si mismo y para los demás. El tres de oros es la promesa de que esto puede suceder, el conseguir un trabajo que tenga un beneficio económico, a la vez de que nos convierta en mejores personas mientras cooperamos con los demás hacia el logro de un objetivo en común. El cuatro de oros continúa esta idea, pero la lleva un paso más allá.
Esta carta nos muestra a un profesional, un maestro que ha aprendido todos los aspectos de su carrera, y ahora ha llegado la instancia en el que debe poner todo ese conocimiento para su uso en el mundo real. Se trata de una persona responsable y justa en su trato con los demás, alguien que gusta de seguir los procedimientos y jamás se pone en una situación en la que deba romper las leyes. Esto no es de extrañar, ya que los oros hablan en general de la seguridad económica, y en este caso se trata de la seguridad económica alcanzada siguiendo las convenciones.
Esto no quiere decir que la persona no sea creativa, que no tenga la habilidad de poner todo su conocimiento al servicio de sus deseos e ilusiones. Lo que esta baraja le dice es que tendrá los recursos para hacerlo. Pero, con grandes poderes vienen grandes responsabilidades, por ello, se verá en la obligación de compartir lo mucho que ha aprendido en la vida. La persona reflejada en el cuatro de oros ve oportunidades en lugar de problemas. De la misma forma que el escultor ve en la piedra una obra de arte, o un pintor ve en la tela en blanco un cuadro, esta persona encuentra oportunidades y energías donde nadie más podría verlas.
Cuando esta carta sale revelada en la tirada del Tarot, es una invitación a disfrutar más del trabajo, y encontrar un equilibrio entre el placer y la obligación. Nos indica que contaremos con los recursos necesarios para llevar adelante nuestra obra, y que los momentos de pesar económico han llegado a su fin.