La renovación en hostelería

por | 17 de enero de 2012

La hostelería es uno de los sectores clave en España. Nadie es ajeno de la importancia del turismo en la economía española. Y aunque convenga diversificar, tratar de establecer un tejido industrial sólido que nos permita situarnos mejor para afrontar la actual, y venideras, crisis, eso no quiere decir (ni mucho menos) que debamos dejar de lado el sector de la hostelería. Siendo así las cosas, es fundamental potenciar la innovación.

Cada sector tiene un ADN diferente y requiere mantener ciertas señas de identidad. Somos conscientes de ello y por eso no pretendemos que se dejen de servir comidas o bebidas en los restaurantes y/o bares. Al contrario. De hecho, la innovación en la cocina es algo que sí se está llevando de manera efectiva en algunos lugares de España.

La hostelería no tiene porqué ser un sector anclado en tópicos y en el pasado. Es fundamental que trate de impregnarse de los nuevos movimientos, tanto estéticos como tecnológicos, y sepa adecuarlos a su entorno. Cada vez más, la gente busca nuevas experiencias, en todos los ámbitos, por lo que cuando acude a un restaurante además de querer comer y beber muy bien, se encontrará más satisfecha si recibe algo más, si su estancia en el bar o restaurante se convierte en una experiencia más global y no sólo culinaria.

La innovación viene de la mano de la investigación. Y en el de la hostelería, como en cualquier otro sector, investigar es fundamental para seguir progresando. Es una lástima que los recortes tanto del gobierno central como el de las comunidades afecten tanto el presupuesto en I+D, pero eso es otra historia.

Por eso, a la hora de montar un nuevo bar o restaurante es muy positivo estudiar lo que hace y no hace la competencia, tanto en la misma ciudad como en el resto del país (y del mundo). Tratar de especializarse, de ocupar un nicho vacío… En definitiva, de aportar algo nuevo, es una de las claves para tener éxito.

La posibilidad de conectarse a internet; la decoración temática; la especialización y renovación en algún tipo de comida o formato; la incorporación de espectáculos… Son varios de los elementos que se pueden usar (y de hecho su uso está muy extendido). Cómo saber adecuarlos al entorno, a los gustos de los potenciales clientes y mezclarlos entre sí (además de añadir otros nuevos), debería ser uno de los objetivos de la hostelería del siglo XXI.