El tarot gitano, el amigo de un pueblo en la adversidad

por | 22 de enero de 2011
tarot amigo

tarot amigo

Los límites entre tarot a secas y tarot gitano parecen confundirse. Mucha gente alude al tarot, indistintamente, con uno u otro apelativo. Hasta hace unos pocos años, el pueblo gitano parecía ser el único difusor de la tradición del tarot, pero hoy, en la era de las comunicaciones, Internet pone a nuestra disposición un enorme caudal de información sobre todo tipo de variantes y modalidades de esta mancia. Hoy resulta sumamente sencillo conocer y practicar el tarot celta, el hindú, el fundacional tarot egipcio. Y, sin embargo, ninguno ha conseguido destronar al tarot gitano, el preferido a la hora de todas las consultas. ¿Por qué? Tal vez porque este pueblo considera, como ningún otro al tarot, amigo y compañero de ruta. Los orígenes de su estrecha relación se pierden en las tinieblas del pasado; el tarot ha ayudado a los gitanos a salir fuertes y victoriosos de toda clase de tragedias y adversidades. El vínculo que los une es estrecho y profundo. Tal vez por eso, lo interpretan como nadie.

Es sabido que los gitanos fueron esclavizados en Egipto durante la época de los faraones. Y existen fuertes indicios de que allí tomaron contacto, por vez primera, con las 78 láminas del tarot. Los arcanos les brindaron acaso, consuelo y una promesa de libertad que, finalmente, se convertiría en realidad. AcasoPosiblemente por eso, al abandonar una tierra que les era odiosa, se lo llevaron con ellos.

A través de ellos, se cree (todo en el origen del tarot parece envuelto en el misterio) fue que desembarcó el tarot en Europa. Y también en ese lugar, el tarot fue apoyo y guía del pueblo gitano a través de una larga historia de persecuciones, maltratos y humillaciones. Con el tiempo, se convertiría incluso para ellos en un medio de subsistencia. Comenzaría así la tradición de la consulta al tarot de los gitanos, cuya sabiduría se transmite de generación en generación. La iconografía de la adivina gitana leyendo el futuro en las cartas no tardaría en instalarse en el imaginario popular.

Debido a todo esto, no es difícil comprender que los gitanos consideren al tarot, como un amigo. Porque más allá de brindarles un medio de ganarse la vida, los ha acompañado en momentos de felicidad y sostenido en momentos de desdicha, siempre fiel y leal, a lo largo de miles de años. Como sólo lo hacen los verdaderos amigos.