El reciclaje de baterías de plomo

por | 3 de agosto de 2010

Las baterías de plomo, que encontramos debajo del capó del coche y que se utilizan generalmente para el arranque de los mismos, destacan por contener elementos que son altamente contaminantes, como son el plomo y el ácido sulfúrico. Curiosamente a pesar de ello,  estos acumuladores de energía resultan ser uno de los casos más curiosos en cuanto al reciclaje de chatarra y metales se refiere, ya que es uno de los productos que más se recicla en España, llegando a una tasa de recuperación que alcanza el 95%.

Hoy en día, la utilización del plomo se ha reducido mucho y se concentra básicamente en la producción de baterías para el sector del automóvil. Esta limitación se debe principalmente a los múltiples episodios de envenenamiento y contaminación que han tenido lugar a lo largo de la historia, debido a su ya prohibida incorporación al carburante de los coches.

Las baterías de plomo se componen de: plástico polipropileno (7%), de agua y ácido sulfúrico del electrolito (23%), y de plomo en sus diferentes formas (63%). Normalmente estos componentes no son peligrosos durante la vida útil del automóvil, pero una vez el coche se retira de la circulación, sus baterías deben ser gestionadas adecuadamente, evitando que queden abandonadas a su suerte, y que tanto el plomo, como el ácido sulfúrico, comiencen a ser corrosivos y perjudiciales para el Medio Ambiente.

En España se dejó hace dos décadas de extraer el plomo de las minas, poniendo fin a la explotación de este metal en nuestro país. Por ello la principal fuente de plomo para los productores españoles, se encuentra en las propias baterías de los coches. También es posible recuperar este metal de la chatarra (tuberías, planchas de tejado, soldaduras, maquinaria antigua de impresión) pero reciclando los acumuladores (baterías) es la forma en la que se puede obtener una mayor cantidad de lingotes de plomo, que serán reutilizados en la producción de nuevas baterías u otros materiales.