Como evitar que nuestro perro nos engañe

por | 4 de marzo de 2011

Sí, aunque no lo queramos nuestros perros saben muy bien manipularnos en lo que a su alimentación se refiere. El perro desde cachorro comprende rápidamente que su comida provendrá siempre de manos humanas y no a través de la caza lo que hace que a lo largo de los años desarrolle todo tipo de estrategias para conseguir alimento “extra” o que le resulte sabroso. Además el perro es un animal extremadamente inteligente siendo capaz de memorizar las horas de nuestra comidas y preparar su “actuación” diaria encaminada a conseguir un poco de nuestra comida. Y si no preguntémonos quién no ha sucumbido a los gemidos y caras lastimeras de su perro y le ha dado de comer alimentos preparados. Evidentemente esta es una práctica que debemos evitar ya que los alimentos perros adecuados no son los que nosotros preparamos, llenos de grasas y fuente de posibles problemas de sobrepeso futuro. En contraposición el pienso para perros óptimo es aquel que incluye un alto contenido en carne y evita los cereales (como por ejemplo el que nos ofrece la marca Enova)

Pero ¿cómo podemos evitar qué nuestro perro nos rápida comida?

En general hay dos estrategias básicas para evitar que nuestro perro nos pida comida. En primer lugar una buena opción es evitar que el perro vea nuestra cocina como el lugar dónde se almacena la comida. El perro tiende a asociar el lugar en dónde “come” con el lugar donde se “produce” la comida y esto es muy peligroso. Sin embargo es muy normal situar el el plato de comida de nuestro perro en la cocina. Básicamente esto lo solemos realizar por asociación entendiendo que la cocina es el lugar dónde se almacena la comida y por tanto el mejor sitio para alimentar a nuestra mascota. El problema es que nuestro perro hará la misma asociación y considerará que en esa habitación es dónde hay “comida”. De esta forma no discriminará y nos pedirá comida mientras cocinamos.  Para evitar esto lo mejor es que almacenemos y situemos el plato de comida de nuestro perro en otra habitación, dividiendo netamente entre nuestra comida y la suya.

Otra medida fundamental es que nuestro perro (por lo menos en sus primeros años) no esté con nosotros en la misma habitación en la que comemos. Para ello deberemos dejarlo en otra habitación o fuera de la casa. EL objetivo es hacerle comprender que ese momento no tiene nada que ver con él y que la comida humana no es su comida.

Aunque a veces sea difícil no caer en sus caras y tretas, recordemos que los perros no están preparados para comer nuestros alimentos. De hecho la ingesta sistemática de alimentos preparados por parte de nuestro perro es una causa muy común de sobrepeso y otras patologías. Por eso hay que evitar este tipo de alimentación y recurrir a tiendas que ofrezcan alimento adecuado para ellos.

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