En los últimos años, el número de parejas que deciden terminar su relación ha crecido notoriamente. Sin embargo, la separación no es tan traumática como lo es afrontar el hecho del divorcio, ya que en el primer caso siempre puede haber marcha atrás y esa esperanza se mantiene durante largos periodos, mientras que en el segundo esas esperanzas mueren.
Cuando se viene el divorcio, aparecerán muchas dudas al respecto y se sufrirá un duelo por la pérdida de esa relación o de esa pareja y hasta que no se supere esta situación por completo, no se superará la ruptura.
A pesar de que muchas parejas rehacen sus vidas mientras esperan el divorcio legal, el momento de la firma de papeles remueve muchas experiencias, sobre todo si uno de los miembros no desea la separación.
Aunque los primeros momentos serán malos, hay que tener en cuenta que son necesarios para poder analizar bien la situación y seguir adelante. Antes o después de la firma de papeles se vivirá un gran llanto, pena, preocupación, preguntas sobre el porqué de la situación, rememoración de momentos pasados, culpabilidades, etc.
Al superar esta primera fase, se comienza una segunda etapa en la que la persona empieza a aceptar lo sucedido paulatinamente. Así se va acondicionando a su nueva situación. En esta parte entrarán en escena nuevas preocupaciones, tales como las pérdidas económicas y materiales.
Un gran error es aceptar los detalles de la separación sin luchar, ya que así se pierden gran parte de los derechos.
Con información de: blogdeleyes.com