Características del gato siamés

por | 14 de febrero de 2011

El gato siamés es un animal de una magnética belleza. La historia nos relata que su origen data de los Reyes de Siam, lo que hoy se conoce como Tailandia, hacia el siglo XVIII. Desde un principio su origen es real, ya que esta especie de gato sólo solo podía conseguirse como un regalo personal del rey. De esta manera el embajador británico se hizo acreedor a uno de estos animalitos, y así fue como llegó a Inglaterra, quedando  para siempre esta raza asociada con distinción y lujo.

Existen dos variedades de datos siamés, el moderno y el tradicional. El gato siamés moderno es más delgado y de cabeza más fina, y su pelaje guarda esa particular distribución de color con su cuerpo marrón o blanco y su carita y sus patas negras, o marrón oscuro. Esta variedad es de pelo corto, bien pegado al cuerpo. El gato siamés tradicional, por otra parte, tiene una distribución de color similar, aunque su forma es diferente pues es mucho más redondeado, tanto en su cara y hocico como en su cuerpo. Esta variedad suele presentar los ojos bien azules o celestes y la cola tiende a ser más corta.

La inteligencia del gato siamés suele ser superior a la de otras razas. Es una de las pocas variedades que puede ser llevada con una correa, pues se adapta sin problemas a ser paseados por la calle. Por lo general sus dueños cometen el error de querer enclaustrarlos en espacios pequeños, aunque lo recomendable para el siamés es disponer de un jardín o un espacio donde pueda correr libremente, pues es muy inquieto y activo.

De forma más marcada que con los otros gatos, el siamés tiene una personalidad muy especial. Cuando algo no es de su agrado no tiene menor inconveniente en hacerlo saber. Se impone como el dueño del sitio donde vive, y puedes llegar a volverse muy caprichoso si las cosas no se hacen como él desea. Cuando está en celo y le interesa otra gata, se puede volver muy agresivo con otros machos al luchar por su amada. El gato siamés no suele ser amistoso con personas que no conoce, pero una vez que nace la confianza con el dueño se convierte en su amigo de por vida.

A pesar de gustar de la actividad, el gato siamés puede llegar a ser muy perezoso, alcanzando periodos de sueño de hasta 12 horas por día. Definitivamente, se trata de un animal para encariñarse y tenerlo como fiel compañero de ruta.