Algunos datos sobre la ciudad de Mendoza

por | 25 de septiembre de 2010

La ciudad de Mendoza es modelo en muchos aspectos. Para comenzar, el turismo en Mendoza es una de las principales actividades económicas de la región. No en vano le dicen la “industria sin humo”. Sin embargo, tampoco es cuestión de desentenderse de los temas ambientales. Mendoza se ha caracterizado históricamente por un cuidado extremo para con el medio ambiente, y una preocupación constante por el impacto que la actividad humana podría causar en el increíblemente rico ecosistema cuyano. Es importante recordar que en la región existen gran cantidad de glaciares, importantísima reserva de agua dulce, y que el agua de los deshielos que nutre la rica cuenca mendocina es la principal fuente de agua potable de la región. En consecuencia, cuidar estos recursos naturales es de vital importancia para la humanidad.

La ciudad de Mendoza presenta una disposición geográfica que responde a una cuidada planificación de las construcciones y de la urbanización de los espacios disponibles. La ciudad gira en torno a una gran plaza central, y cuatro plazas más pequeñas en torno a esta, con la intención de asegurar suficiente espacio verde en comparación con las manzanas edificadas. Las regulaciones imponen que los edificios sean anti sísmicos, en vistas de los antecedentes de terremotos que la ciudad lamentablemente posee. Afortunadamente, los sucesivos gobiernos a partir de ese momento, se han encargado de aprender de la experiencia para no repetir errores fatales.

Corría la noche del 20 de Marzo de 1861, alrededor de las 20.30 horas. En la mayoría de las casas se preparaba la cena, y más tarde, a la cama, para aprovechar el próximo día desde los primeros rayos de luz natural. Sin embargo, nadie pudo llevar a cabo sus planes. Un espeluznante terremoto de 7 grados en la escala de Richter sacudió la faz de la tierra como nunca antes. Las casas de adobe –en su mayoría-  se derrumbaron como castillos de naipes. En consecuencia, más de la mitad de la población de unos 18.000 habitantes en ese momento, perecieron. Gran cantidad de incendios acabaron de diezmar las casas que aún quedaban en pie, y el desborde de los ríos terminó de sellar la suerte de la ciudad.

Inmediatamente se encaró la reconstrucción, a cargo del agrimensor Julio Ballofet. El plan fue construir calles más anchas, que facilitaran el transporte público, y edificios antisísmicos, con un mayor foco en las cuestiones de seguridad y buscando evitar el hacinamiento. En consecuencia, una nueva Mendoza nació de sus cenizas.

Un ejemplo de edificio antisísmico de última generación es el del Hotel Executive. Sus 17 pisos se erigen como una bellísima mole de acero y cristal, pero con las precauciones necesarias para resistir los movimientos de las placas terrestres. Este hotel en Mendoza capital se encuentra frente a plaza Italia, una de las cuatro plazas “menores” de la ciudad, locación que le permite un fácil acceso a las principales vías de comunicación.

Javier Kravalosky
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