Poco tiempo atrás la crisis económica no era perceptible por lo menos, de forma oficial. Los bancos asignaban adelantos y la gente se embarcaba en hipotecas que ya se preveía que acabarían mal. Sin embargo, nadie parecía querer ver lo que se avecinaba y todos ignorábamos el futuro esperando sortear el cataclismo.
En el momento actual la crisis está dando unos resultados negativos en nuestra comunidad. En muchos países la problemática comienza a escaparse de las manos y ya necesitan la asistencia de países más próximos. En el estado español la desocupación no deja de ir en aumento y algunos jóvenes empiezan a buscar salidas laborales en el extranjero, como si aún estuviéramos en período de posguerra. Muchas familias tienen problemas para llegar a final de mes y hay un clima extremadamente desilusionado en cuanto a la percepción del mercado laboral.
A pesar de esto, hay instituciones que están sacando el lado positivo de la crisis. Frente a la recomendación del Gobierno de invertir en formación es mucha la gente que ha decidido volver a estudiar. Las escuelas de idiomas están abarrotadas y las facultades cuentan con cada vez más peticiones, sobre todo para realizar masters MBA. También están muy buscados las academias de formación ocupacional, que reciben ayudas del Gobierno para realizar formación gratis.
Otro de los
sectores que no sufre especialmente la dificultad económica es el de los productos de primera necesidad. Los supermercados que venden productos de alimentación e higiénicos no ven muy reducidas sus transacciones, pues las personas continuan adquiriéndolos pase lo que pase. Esto se da sobre todo en las tiendas que cuentan con una línea de artículos sin marca conocida, pues dan artículos muy parecidos a los de las marcas conocidas pero mucho más baratos.Esto
muestra que para toda dificultad existe la otra cara de la moneda y que lo que puede desfavorecer a unos, puede favorecer a otros.