La Odisea de Superación de un Paupérrimo Aldeano Africano.

por | 15 de septiembre de 2009

Corría el año de 1958 cuando Legson Didimu Kayira, un joven de entre 16 y 17 años, originario de una aldea de Niasalandia en lo que hoy es el país de Malawi, después de asistir a la escuela de una misión escocesa, decidió que no quería un futuro en su analfabeta población y emprendió un viaje cuyo destino final sería una universidad, la que fuera, en los Estados Unidos.

Su nombre original era solo Didimu, tomado del río en el que una vez su madre lo aventó cuando niño para perderlo. Pero a este joven, pensando tan decididamente en su futuro en tierras americanas, se le ocurrió que debía llevar un nombre que sonara ingles, por lo que antepuso al de Didimu el de Legson.

El joven Kayira contaba con todos los elementos necesarios para lograr lo que se había propuesto; provisión de comida para cinco días, un cobertor, un hacha, los libros “The Pilgrims Process” de Bunyan y la Biblia, y lo básico; una voluntad irrefrenable. ¿Dinero para el avión o el barco?, no eran necesarios de momento y de hecho, no tenía idea de cómo los conseguiría.

El plan contemplaba llegar a El Cairo a más de 4,500 kilómetros al norte y el medio de transporte del que contaba eran sus delgadas piernas.

Desde luego que durante el trayecto, en varias ocasiones se le acabó el dinero y la comida, durmió a la intemperie, se debilitó, enfermó de gravedad y, en no pocas ocasiones, sintió la tentación de desistir y regresar con su familia. Para poder resistir la adversidad, Legson Didimu se aferró a su sueño gracias a la inspiración que le daban constantemente sus dos libros.

A los 15 meses de iniciada su odisea, el joven africano había ya recorrido 1600 kilómetros y se encontraba en Kampala, Uganda donde permaneció 6 meses trabajando y siendo asiduo asistente a la biblioteca.

Desde ahí, fue que mandó cartas a universidades americanas solicitando ingreso junto con una beca. No le costó trabajo obtener una respuesta afirmativa, el director de la primera universidad a la que escribió estaba tan impresionado con la historia del joven que de inmediato lo aceptó.

Pero ¿y el pasaporte y la visa?, Legson Didimu tenía que conseguirlos por si mismo. Se le ocurrió que podía escribir a unos misioneros que habían visitado su aldea cuando niño para pedirles ayuda y en poco tiempo, gracias a su intercesión, el joven contaba con los documentos.

Aún le faltaba un ingrediente, el dinero del pasaje. Legson Didimu continuó su viaje a El Cairo seguro de que de alguna manera lo conseguiría.

Después de varios meses más de seguir su recorrido, su historia se empezaba a conocer, gracias a lo cual, los estudiantes de su futura universidad hicieron una colecta pública en la que lograron conseguir 650 dólares, mismos que fueron enviados a Legson Didimu para cubrir su pasaje.

Fue así que, después de más de dos años de iniciada su travesía, Kayira llegó finalmente a su tan ansiada universidad americana siendo ya para entonces una celebridad.

Con el tiempo Legson Didimu Kayira se graduó en ciencias políticas y fue un respetable profesor en la Universidad de Cambridge en Inglaterra, ofreciendo también cátedra por un tiempo en la Universidad de Gante en Bélgica.

Ha publicado varios libros, dentro de los que se encuentran “Ulíses Negro” donde cuenta su odisea y “El Servidor Público” donde narra el tráfico de personas en Sudan, África.

Kayira, colabora actualmente con la Universidad Livingstonia de su país natal.

Legson (el hijo de la pierna), que hace más de 50 años dejó su pueblo para recorrer caminando 4500 kilómetros hasta El Cairo, regresó para enseñarle a su gente todo lo que aprendió durante los años que le llevó cumplir con su sueño.

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