La importancia de la iluminación en la reforma

Planificar el esquema de iluminación de la vivienda es uno de los puntos más importantes de una reforma. Hay que tener en cuenta el tamaño de los espacios, el color y la luminosidad de las paredes, el tipo y el color de suelo o el tipo de estancia de que se trate. Por ejemplo, las paredes claras reflejan la luz, mientras que las oscuras la absorben. Es importante asimismo que el consumo de electricidad sea adecuado y sostenible. Utilizar bombillas de bajo consumo, que duran mucho más, tiene el inconveniente de que, al ser luces blancas, enfrían el ambiente. Sin embargo, ya las hay con coloraciones cálidas, que son muy decorativas y agradables.
Lo primero es diseñar la iluminación y asegurarse de que la instalación es segura, con una toma de tierra, un interruptor diferencial, circuitos separados y enchufes suficientes. La iluminación general, es decir, la que ilumina toda la habitación, debe ser potente, pero difusa y homogénea. Lo más adecuado son las lámparas de techo, aunque también se puede conseguir con lámparas de pie o con focos de haz amplios. La iluminación ambiental, la que consigue espacios acogedores, ha de ser tenue, con bombillas incandescentes de no más de 60w., en lámparas de sobremesa o pie. Para iluminar objetos determinados, como un cuadro o una figura, lo mejor es utilizar focos de haz cerrado, con luz intensa y nítida.
Cada zona de la casa necesita una ambientación diferente. En el cuarto de baño, la luz ha de ser lo más natural posible, con focos halógenos de unos 50 w. A los lados del espejo también se pueden colocar unos puntos de luz. En los dormitorios, la luz debe ser suave, creando un ambiente de relax. Lo ideal para estas habitaciones son puntos de luz que se reflejen en el techo y lámparas de lectura para las mesillas. Para las zonas de estudio es importante contar con una buena luz general, y luces puntuales para la mesa. En los pasillos, lo mejor es colocar focos o apliques.