La Correcta Educacion Del Perro

por | 8 de noviembre de 2010

Para educar bien a nuestros perros no solo muchas veces marca la diferencia entre disfrutarlos o soportarlos, de la misma manera marca la diferencia entre que el mismo perro nos disfruten o nos soporten a nosotros, ya que el problema de comunicación es bilateral. Sin una buena educacion del perro, ni nosotros los comprendemos ni ellos nos entienden a nosotros.

La idea de que el perro sabe lo que hizo es solo una interpretación humanizada de los gestos caninos. El perro solo sabe que algo está muy mal, y para su mente debe ser su postura frente al amo, por eso intenta corregir sus gestos haciendo toda clase de reverencias para que no lo agredan.

Lo del sillón? Ah, eso? Ya ni se acuerda. Fue en un momento de ansiedad por separación que toda su actividad de aprendizaje infantil se le vino a la mente. En determinada edad los cachorros salvajes deben aprender a desgarrar las presas y buscar la carne en el interior. Si prestamos atención a los documentales de lobos y otros carnívoros depredadores, lo primero que se come en una presa son sus viseras, y para eso se le abre el abdomen y se extraen intestinos, riñones, hígado, páncreas, estómago con rumia, todos elementos ricos en enzimas y vitaminas. El sillón, así abierto en su vientre y vaciado de sus viseras de espuma de latex y rellenos de tapicería, no es otra cosa que el cadáver de la presa que acaba de servir de elemento de prácticas para aprender a usar boca y manos en el arte de descuartizar.

Juan amenaza con sus gestos corporales a un perro que solo puede relacionar sus amenazas que el ahora, es decir, con su forma de presentarse ante un superior en la jerarquía de la manada, y por eso su mascota intenta vanamente corregir su postura, adoptando otras más sumisas para aliviar las tensiones sociales.

Educar al cachorro es la manera correcta de aprender a hablar un mismo lenguaje, posicionarse en la mente del perro y entender porqué hace las cosas que hace, para así corregirlo, en lugar de empeorar más y más la situación con interpretaciones humanizadas, como la desafortunada frase “él sabía que no debía romper el sillón, y la prueba está en que se acerca agachado, como con culpas…