Esquí: iniciación al paralelo

por | 10 de octubre de 2014

Iniciación al esquí en paralelo

Cuando uno empieza a esquiar o se plantea hacerlo, la mayor aspiración que se tiene es bajar a velocidad de vértigo, derrapar al final de las curvas y seguir descendiendo . . . Este tipo de esquí se conoce como esquí en paralelo y es propio de personas avezadas en este deporte o bien de profesionales, y requiere pasar por una fase previa y algo más aburrida como es el esquí en cuña.

La posición en cuña permite controlar la velocidad a la que descendemos por la pendiente y, además, nos permitirá aprender a mantener una posición del cuerpo básica para poder seguir avanzando en la práctica del deporte blanco, al mismo tiempo que nos otorgará seguridad a la hora de derrapar.

Una vez tengamos controlado el descenso en cuña, es hora de empezar a practicar el giro en paralelo. Existen diferentes modalidades y técnicas que se basan solo en derrapar en paralelo o se combinan con la técnica de la cuña: probarlas todas es importante no solo para adquirir soltura, sino también para saber con qué técnica estamos más cómodos ante las diferentes situaciones con las que nos podemos encontrar en la pista.

Para acostumbrarnos a pasar de la modalidad en cuña, en la que solo se utilizan el esquí y la pierna del lado exterior del giro, a la modalidad en paralelo, lo primero que tenemos que hacer es realizar ejercicios que nos permitan acostumbrarnos a utilizar ambos esquís, para poder girar manteniéndolos paralelos. Esto es muy importante, ya que girar en paralelo requiere descender a una velocidad mayor que girar en cuña. Para ello, un buen ejercicio de introducción es levantar levemente el esquí sobre el que no estamos girando: de esta manera, aprenderemos a utilizar ambas piernas y, además, notaremos cómo el cuerpo tiende a colocarse en paralelo de forma natural.

En cuanto a la posición de los esquís, como ya hemos indicado, estos se mantienen en paralelo durante el giro, es decir, alineados uno al lado del otro; en cambio, en la posición en cuña las puntas se inclinan hacia dentro. Las rodillas siguen estando flexionadas pero ahora debemos alejar ligeramente los brazos del tronco para favorecer el equilibrio.

La clave básica para aprender a derrapar en paralelo es la práctica: como en tantas otras cosas, la constancia será nuestra mejor aliada para adaptarnos a este nuevo estilo de giro. Perder el miedo a las caídas y adquirir cierto gusto por la velocidad serán buenos complementos para agilizar el proceso de aprendizaje.

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