Uno de los arcanos mejor recibidos en la tirada de tarot es el mundo. Es una baraja fascinante, de un profundo significado, la que se evidencia en el rico simbolismo que en ella se expresa. El mundo caracteriza la puerta de entrada final, la consumación de la unión de lo consciente o inconsciente, la mente y el cuerpo. Estracta la llegada de la persona a un nivel de existencia superior, donde la ventura es producto de la armonía entre los deseos espirituales y la realidad material. Significa la concisión de un ciclo. Nos habla de la inmortalidad, a la que se ha llegado gracias al desarrollo del yo, a la madurez personal producto de las experiencias vividas.
Para empezar, podemos ver cuatro figuras que encuadran la imagen central de la mujer etérea. El toro implica el dominio de la materia, el león es el maestro de la energía, el águila ha conseguido controlar el tiempo, y el hombre maneja el espacio. La unión de estas cuatro unidades nos lleva al control del universo, de las cosas de nuestro universo.
La imagen de la mujer central que parece flotar en el aire tiene en cada mano una varita, similares a la del mago. En este caso, la duplicidad representada por las varitas significa un progreso en el control del poder, de la energía, controlando lo positivo y lo negativo de cada cosa.
Sin lugar a dudas, se dice que al salir revelada esta carta el mundo se encuentra a los pies del consultante, trayendo muy buenas noticias. Pero esta victoria no se debe al azar, a diferencia de los logros alcanzados por medio de la rueda de la fortuna, , sino que es producto de las acciones realizadas en el pasado. La victoria llega como consecuencia de una serie más o menos larga de acciones que la persona ha ido realizando a lo largo de su vida, y se ha tejido, como un tejido vivo con los aprendizajes que el individuo ha ido consiguiendo a lo largo del camino.
Queda claro entonces que este arcano del tarot marca el inicio de una nueva era, de una nueva etapa en la vida del consultante. Pero, cuidado. El mundo nos habla de un triunfo en lo material, la concreción de los deseos materiales. Queda en manos quien consulta saber combinar con armonía y felicidad su mundo interior con la realidad externa. Quien logre esta delicada alquimia puede llamarse ganador.