La estructura social y económica actual sería insostenible si no existiesen los bancos. Y con esto no estamos diciendo que sean la mejor opción o que no haya otra posibilidad. Simplemente constatamos que dado el estado actual de las cosas son imprescindibles. Otra cuestión es si deberían existir, pero ese no es el motivo de nuestro artículo. De hecho, nuestra intención es otra.
Teniendo en cuenta lo anterior, que no podemos movernos sin tarjeta de crédito, sin oficinas bancarías, sin cuentas online… ¿Cómo saber cuáles son los mejores bancos?
Para ello tenemos que responder a dos preguntas diferentes, aunque entroncadas en una misma: ¿qué banco queremos?
Si, por un lado, simplemente nos interesa el interés económico, el beneficio crematístico que nos puede ofrecer la oferta actual, básicamente tenemos que fijarnos en la cantidad de dinero que tenemos y en el tipo de interés que cada banco nos ofrece para dicha cantidad. Sencillamente, la que más dinero nos ofrezca será la que nos interese.
Pero, aunque quizás alguien no lo crea, hay otra forma de puntuar a nuestro banco. De acuerdo que todos queremos sacar el mayor rendimiento económico pero tal vez no lo queramos hacer a cualquier precio. Quizás no queramos que con nuestro dinero (el que tengamos en x entidad bancaria) se financien empresas que fabrican armas, por poner un ejemplo.
Si este último es nuestro caso, deberemos fiscalizar a nuestros bancos. Buscar información sobre dónde invierten (hay ONGs que se dedican a ello) y actuar en consecuencia. Y es que, el mejor banco no tiene porqué ser el que más dinero ofrezca.