Uno de los regalos más frecuentes en estas fechas son las cestas de Navidad. Se regalan a personas con las cuales tenemos algún tipo de compromiso o a familiares que nos invitan a pasar estas fechas en su casa como una manera de contribuir al menú o de agradecer el detalle.
En muchos establecimientos vemos cestas de Navidad ya preparadas o que se hacen por encargo. En general, su presentación es impecable y las hay de todos los precios. Pero a menudo nos surge la pregunta, ¿y si la hacemos nosotros? ¿Ahorraremos dinero? ¿Podremos personalizarlas mejor?
Ventajas de comprar una cesta de Navidad previamente preparada
Entre las ventajas de comprar una cesta de Navidad ya preparada está la presentación, que suele ser muy profesional y bonita. Evidentemente, nos ahorramos todo el trabajo de tener que preparar esa presentación nosotros y, además, en muchos casos llevan la etiqueta de la tienda lo que también le da cierto prestigio a la cesta.
Por estos detalles, estas cestas son perfectas para regalar a las personas con las que no tenemos excesiva confianza y no sabemos qué cosas le gustan. Una cesta variada, con un poco de todo y con una bonita presencia siempre nos dejará en buen lugar.
Muchos establecimientos permiten escoger qué es lo que se quiere incluir en la cesta, por lo que esta será totalmente personalizada, aunque siempre dentro de la lista de lo que se ofrece en ese lugar.
Ventajas de hacerse la cesta uno mismo
Si se opta por hacer una cesta propia la principal ventaja de esto es la personalización. Seguramente sea la mejor idea cuando se conoce a fondo a la persona y se quiere quedar bien dándole exactamente lo que más le gusta.
Por ejemplo, si se conoce su marca de vino favorita, o de otra bebida, o quizás los dulces que más le gustan. Con todo eso se puede crear una cesta que estará pensada exclusivamente para esa persona.
Pero el riesgo de esto es que además de comprar los productos hay que comprar la cesta o la bandeja en la que irá todo colocado, el celofán, la cinta y cualquier otro elemento con el que se quiera decorar la cesta, como espumillones o bolas navideñas.
Es cierto que el resultado puede ser muy bonito y divertido, pero también lo es que hace falta cierta maña para conseguir que todo quede bien presentado y no se vea demasiado improvisado.