Alimentación infantil: prohibidas las chuches y los bollos
La prohibición de vender alimentos de alto contenido energético en los centros escolares está creando una polémica social. Por una parte, las asociaciones de padres y gran parte de la comunidad médica se muestran encantados con la medida, ya que consideran que durante el tiempo que los niños pasan en el colegio es primordial que tomen alimentos sanos y bajos en calorías. Una cuarta parte de la población infantil sufre de sobrepeso, un dato altísimo que hay que reducir. Pero, ¿es esta medida realmente efectiva? Es cierto que estos alimentos tomados sin control pueden ser perjudiciales para la salud, pero ¿es su prohibición la mejor manera de controlarlos? Hay que tener en cuenta que todos los alimentos industriales tienen componentes que causan obesidad cuando se toman en exceso, no sólo la bollería industrial y las chucherías.
Por otra parte, la industria agroalimentaria se muestra contrariada, y argumentan que la mejoría de los hábitos alimenticios son un problema en el que confluyen varios factores, de los cuales, una alimentación equilibrada es sólo uno. También son factores principales la educación y el ejercicio físico. La prohibición de la venta de estos productos en los centros no incide realmente en la mejora de los problemas nutricionales infantiles, ya que los hábitos alimenticios preceden a la escolarización de los niños. La alimentación de niños en el colegio se reduce a una de las comidas, mientras que el resto las hacen en casa. Esta prohibición parece más bien una medida populista y no se ha intentado llegar a ciertos acuerdos sobre el tipo de componentes, educación alimenticia para los padres, charlas en los colegios, etc. El atajo no es siempre el camino más corto.