Algo más que certificados académicos

por | 10 de marzo de 2011
Dirigir una empresa de forma correcta no obedece sólo al hecho de cursar una carrera universitaria en Administración y Dirección de Empresas. Tampoco garantiza nada contar con Masters Mba y tener el apoyo clientes o profesionales de renombre. 

A parte de la formación superior resulta imprescindible que el trabajador atesore cualidades directivas, así pues, una visión general del negocio, aptitudes para saber elegir, tolerancia al estrés y capacidades sociales para tener un buen trato con los trabajadores. El ejecutivo precisa tener unos nervios de acero y no fatigarse ante cualquier tipo de percance. Así pues, es un puesto al que no todo el mundo puede tener acceso.

Tan esencial como los certificados académicos y las aptitudes de dirección es el conocimiento de idiomas. Hace un par de décadas, el conocimiento de idiomas no se consideraba un hecho diferenciador para tomar el mando de una empresa pero en la situación actual, con el comercio mundial, es esencial. Los directores que estaban en el cargo con anterioridad a que surgiera este requerimiento han tenido que realizar un considerable proceso de aprendizaje.

La lengua más fundamental es el inglés, aunque parece ser que el chino será la lengua utilizada a nivel internacional. Sea como sea, estudiar un idioma requiere bastante entrega y aguante. Hay que considerar que a medida que dejamos de ser adolescentes nos encontramos con más problemas para hablar otras lenguas, en contraposición de los niños, que incorporan nuevos lenguajes como si fueran esponjas. También resulta muy conveniente ir a un país donde la lengua que queremos aprender sea el idioma vehicular, principalmente si el centro de idiomas imparte un curso lingüístico especializado en negocios.

En caso de ser especialmente negado para los idiomas siempre queda la opción de encargar los trabajos que precisen contacto con el extranjero a otro personal de la empresa. A pesar de que es beneficioso no encargarse de las labores, el hecho de no poder comunicarse con los compradores, colaboradores o asociados en una situación concreta puede traer graves consecuencias. Así pues, es vital que los aspirantes a ejecutivos se formen debidamente.