Arte de ornamentar: los bordados

por | 14 de abril de 2012

El bordado es el arte de ornamentar superficies flexibles utilizando hebras textiles. Es una técnica muy antigua de la que tenemos referencia ya en la Edad Antigua, en los grandes imperios de la época (Egipto y Mesopotamia) aunque no se conserve ninguna pieza de la época. Habitualmente se usan la seda, la lana o el lino para llevar a cabo el bordado, aunque esta no es una lista exhaustiva.

Por otra parte, a lo largo de la historia los bordados han sufrido cierta evolución pudiéndose diferenciar varios tipos atendiendo a su relieve, materia y/o trazado de las figuras que representan.

Teniendo cuenta el relieve, podemos distinguir entre los bordados lisos, los de realce y los de aplicación o de sobrepuesto. Mientras que los primeros apenas sobresalen de la pieza en la que están bordados, los de realce se caracterizan por tener mucho relieve. Por  último, los de sobrepuesto se confeccionan fuera de la pieza para ser cosidos a ella posteriormente.

Atendiendo al material que se ha usado para componerlos, los bordados se distinguen en varios tipos siendo los más comunes los de seda y oro.

Por la forma se distinguen tres tipos de bordados: el de contorno, el aislado y el lleno. Como podemos suponer por la denominación de cada tipo, el tercero será el más completo, mientras que en el primero la figura estará menos bordada. Así, en el bordado de contorno, sólo se marcan el contorno y algunas de las líneas internas (las principales) de la figura. En el aislado, además de lo anterior, se llena de rayas y puntos la parte de la tela donde se encuentra la figura bordada. Por último, en el lleno, todo el dibujo está bordado por completo.

Para terminar con la clasificación (obviando de la lista la diferencia por el punto de costura ya que son casi infinitas) nos queda apuntar la distinción de los bordados por sus motivos, pudiendo ser estos ornamentales, los más comunes, o de imaginería, aquellos que forman retratos (por ejemplo).

Esta clasificación dista mucho de ser exhaustiva pero sirve para situarnos en el maravilloso mundo de los bordados, un arte milenario, cuya belleza está fuera de toda duda, que todavía sigue vigente y al que recurrimos en infinidad de ocasiones para decorar nuestras prendas de vestir (camisas, jerseys…) y complementos (gorras, pañuelos…). Y si no lo creéis, ir a vuestro armario y echarle un vistazo, seguro que os sorprendéis.