Turismo aventura en Mendoza: volando con las aves en el cielo

por | 11 de mayo de 2011

Hace poco  tiempo surgió, para disfrutar plenamente el turismo aventura en Mendoza, un deporte que se convirtió en una estrella.  La práctica del parapente ha ido consiguiendo cada vez más adeptos en los últimos años. Este deporte nació de la inventiva de los escaladores, que  buscaban una manera más rápida de descender los picos que habían terminado de escalar y muy pronto fue practicado sin necesidad de escalar cerros. La idea era simple y genial, se debía adaptar un paracaídas, al que se le daba la forma de un ala para conseguir mayor maniobrabilidad, y  poder así controlar una caída que con un paracaídas comun sería recta.

Gracias a los desarrollos tecnológicos, en especial los nuevos materiales como la fibra de vidrio y el aluminio posibilitan fabricar equipos de muy bajo peso; habiendo algunos de hasta ocho kilos. En caso de que nunca haya practicado esta actividad, no debe desalentase, es posible realizarlo en un parapente biplaza, es decir acompañado por un instructor quien controlará el vuelo. La geografía mendocina es perfecta para este deporte, pues sus característicos vientos y desniveles del terreno posibilita mantenerse en el aire por  mucho más tiempo que en otras partes del mundo.

Los expertos consideran que el parapente es un desafío sin riesgos. Las empresas operadoras que se especializan en esta actividad ofrecen el traslado en camionetas 4×4 hasta el punto de despegue. Cerca de la ciudad de Mendoza, a tan sólo 5 km, es posible volar en parapente desde el Cerro Arco, un sitio cada vez más popular por la gran calidad del vuelo que pueden lograrse en cuanto a altura y tiempo, y la cercanía a la ciudad. Así, los fines de semana encontraremos decenas de aventurados pilotos quienes vuelo tras vuelo se maravillan con la magnificencia del paisaje mendocino.

La práctica del parapente es ideal para todas las edades, sin restricciones de sexo, edad o peso. En caso de no contar con el equipo adecuado, es posible alquilarlo. La regla obligatoria es realizar la charla de seguridad y el entrenamiento previo al vuelo. El vuelo en parapente se realiza a una velocidad máxima de unos 60 km/h, y a una velocidad mínima de unos 25 km/h. Naturalmente, el vuelo tiende a descender, pero es la pericia del piloto la que detectará las corrientes ascendentes, aprovechándolas para ganar altura. Lo ideal es que el viento no supere los 20 km/h. Sin lugar a dudas, el parapente es una de las opciones del turismo aventura en Mendoza más populares y accesibles.