La cocina es, para tu hogar, una de las estancias más importante, es el centro neurálgico donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. El punto clave en el diseño de cocinas es la buena distribución tanto del espacio como del mobiliario, deben abordar la comodidad en el trabajo culinario y el orden de todos sus accesorios.
Integrar las zonas de trabajos
La organización del espacio en un triángulo es la más adecuada. Las diferentes zonas de trabajo: limpieza (fregaderos), cocción (hornos, placas) y almacén (mobiliario, despensa) deben ubicarse en los vértices de un triángulo.
- La isla resulta ideal cuando se quiere dejar una pared despejada de muebles (como ocurre en el caso de las cocinas con una pared totalmente acristalada) o bien para aprovechar la pared principal como zona de almacenaje. Se puede optar por los módulos bajos para lograr una sensación de gran ligereza y amplitud, y reservar la zona más luminosa, para disponer la mesa de office. Sobre la placa de cocción es muy estético visualmente disponer de una campana extractora decorativa.
- Integrar la zona de aguas. En la cocina es importante conseguir la máxima ergonomía y comodidad de uso. La isla ayuda a acortar los recorridos entre la zona de aguas y el área de cocción. Al mismo tiempo, esta distribución permite crear una interesante zona de almacenaje, que albergue en la pared principal por ejemplo la bodega y los armarios despenseros.
- Área de cocción. Un ejemplo de buena distribución: la zona de aguas, bajo una ventana, y justo enfrente poner la placa de cocción situada en la isla. La gran capacidad interior del módulo se puede aprovechar con cajones y gaveteros.
Mobiliario
Para la elección del mobiliario, existe una amplia variedad que facilitan el acceso a los útiles de cocina: gaveteros, despenseros, especieros, módulos de esquinas con cestas giratorias muy prácticos para aprovechar los rincones etc.
En cuanto a los materiales de acabado tenemos:
- Frentes lacados. Están a la última y se hallan en una gran gama de colores, en acabado satinado o brillante. Se hacen sobre una base de tablero de DM o de madera maciza, sobre la cual se aplican las capas de laca. el número de capas determina la calidad del armario.
- Madera pintada. en ambientes rústicos se siguen utilizando los muebles de madera maciza, una buena forma de actualizarlos es darles un acabado envejecido o decapé.
- Laminados. Se hacen sobre una base de aglomerado, recubierta de láminas de material sintético (a base de resinas), que reproducen el aspecto de diferentes materiales, incluso el de la madera. es económico y muy resistente.
- Acero inoxidable. Sobre un tablero laminado se fija la chapa de aluminio. se presenta en acabado liso o extrusionado.
- Chapa de madera. La base de estos frentes es de DM o aglomerado, y sobre ella se adhieren las láminas de madera. Es más estable que la madera natural.
Distribuciones adecuadas.
- En “L”. Este tipo de disposición se adapta bien a un mayor número de plantas, desde las de forma cuadrada a las más irregulares. Una posible distribución podría ser: disponer de la zona de aguas en su emplazamiento ideal, bajo la ventana, y reservar la pared opuesta para la zona de fuegos.
- En línea. Ésta es la mejor distribución para las plantas estrechas y alargadas. Va muy bien combinar módulos altos y bajos, en dos acabados. El blanco en los armarios altos aporta luminosidad y aligera visualmente el conjunto, mientras que la madera en los frentes inferiores pone un toque de calidez a la cocina.
- En “U”. La ventaja de este diseño de cocinas es que permite establecer un “triángulo de trabajo” (en el que cada área ocupa un vértice) muy cómodo y racional, pues permite tener todos los elementos a mano.
Por último, no olvidar la importancia que tiene en el diseño de cocinas los complementos. Unas bonitas cortinas aportan alegría y color a la estancia. Unos botes de cristal, botellas, flores, etc dan el toque personal a tu cocina.